Entre los 11 y 15 años, es la etapa más común para colocarles los brackets, ya que la salida de todos sus dientes permanentes ha creado problemas de dientes apiñados, mala mordida, dientes mal alineados o espacios entre los dientes. Es el tiempo ideal de hacerlo porque en este rango de edad les encanta personalizar los colores de sus hules y tener brackets se convierte en algo divertido además de efectivo.
Existen además de los tradicionales brackets metálicos, opciones invisibles como INVISALIGN TEEN, que son alineadores, invisibles y removibles que se ajustan a la vida diaria de nuestros adolescentes, que gustan de practicar deportes y actividades al aire libre.
Adecuada higiene bucal, no comer alimentos duros y asistir a tu cita puntual son clave para que un tratamiento no se alargue y llegue a los resultados deseados.